Recarga las pilas

COMO CONVERTIR LA COMIDA TRAMPA EN ALGO BUENO

Ya os he hablado de la comida trampa en otros posts. Se trata de una comida que hacemos una vez a la semana para desestresarnos y para no tener la sensación de dieta eterna. Para las personas que controlamos el peso, de manera continua se convierte en una válvula de escape y además nos permite sentirnos normales un día de vez en cuando. Pero como todo lo que hacemos, debemos tomar la decisión con la cabeza en su sitio. Si solo vamos a comer como energúmenos, sin pensar en qué y en cómo comemos, conseguiremos el efecto contrario al que buscamos.

¿Cómo debemos hacer la comida trampa para que sea realmente efectiva?

La comida trampa tiene que ser una comida alta en hidratos de carbono (harinas, pastas o patatas entre otros alimentos). Lógicamente cuando salimos a comer un día libre de dieta, vamos a consumir mayor cantidad de grasas de lo que solemos ingerir pero es importante que ese día consumamos más hidratos que normalmente.

Si lo tomamos como parte de nuestro plan de control de peso y no transformamos el cheat meal en un desastre absoluto de descontrol alimenticio a lo largo de todo el día, nos va a aportar un gran beneficio. Para las personas que no quieren dejar de comer sano, se puede simplemente aumentar los hidratos en una de las ingestas de un día determinado de la semana. Este tipo de subida de la ingesta de carbohidratos periódica la llaman los especialistas en nutrición deportiva refeed. Es realmente la opción más saludable a la hora de hacer comida trampa.

Os cuento por qué yo lo hacía el día de subir a la báscula. Para mí era el premio a una semana de esfuerzo y control. Queramos o no, nuestra vida – y en mayor medida la de las personas con sobrepeso – depende de la comida.  La satisfacción del deseo de comer algo calórico puede ser muy gratificante.

Es interesante hacer la comida trampa en un día de mucha actividad física, porque así vamos a favorecer la mayor quema de grasas. También es importante ser conscientes de que es parte del proceso de adelgazamiento y mantenimiento y que no debemos sentir remordimientos por el hecho de comer fuera de la dieta.

Dicen los especialistas que la comida trampa requiere de cierta preparación. En primer lugar debemos dormir bien el día anterior, para mantener el cuerpo preparado para la subida de calorías que se le viene encima. Si vamos a excedernos al día siguiente es normal pensar que debemos moderarnos el día antes del cheat meal.

Por la mañana el desayuno debe ser a base de proteínas y grasas saludables, por ejemplo una tortilla y aguacate. Poner canela en nuestra bebida, ya sea café o leche, es buena idea porque mejora la sensibilidad a la insulina.

Una hora antes de comer es interesante que tomemos un pomelo porque disminuye la resistencia a la insulina y se cree que facilita que el cuerpo queme grasas. También debemos beber mucha agua para llenar el estómago y que nos sintamos más llenos antes de comer. Si tenemos sensación de saciedad, comeremos con menos ansia y el “chute” de calorías será menos intenso.

Es una idea genial entrenar duro ese día y a ser posible antes del  atracón. Sobre todo ejercicios de fuerza, que impliquen quemar mucha energía. Así dejamos hueco para las calorías  que van a entrar en la comida.

Durante la comida podemos elegir las alternativas más saludables dentro de lo que vamos a comer. Si podemos escoger entre pizza industrial o de un restaurante italiano, elijamos la artesana, lo mismo con los dulces, repostería y helados artesanales o caseros. Siempre va a ser mejor que comer productos industriales.

Es importante empezar por la proteína, porque nos hace sentir llenos y así controlamos la cantidad de comida que ingerimos. Recordemos también tobar un buen café después del postre, porque la cafeína acelera el metabolismo y así ayudamos al organismo a quemar la energía extra que le acabamos de aportar. Además, como aumenta los movimientos del intestino (peristaltismo intestinal) hace que la comida pase más rápido por el intestino, absorbiendo menos nutrientes, grasas y azúcares.

También es importante ver la cantidad que comemos. Vamos a hacer un día especial, pero no tiene porque convertirse en un atracón digno de los banquetes romanos. Una cosa es comer algo fuera de la dieta y disfrutarlo y otra es acabar con empacho y mal cuerpo por haber comido mucho más de lo que el cuerpo te pide. Por tanto el control mental es muy importante. Si el cerebro está en equilibrio con el cuerpo, este día será un placer, pero si dejamos a la mente hacer de las suyas y nos damos un atracón desmesurado, vamos a pasar el resto de la jornada con mal cuerpo. Recordemos que el cuerpo ha pasado toda la semana con energía saludable y un nivel bajo de calorías. El pobre no está acostumbrado a que le metan un aporte masivo de energía lleno de grasas e hidratos de carbono no saludables. Seamos conscientes de lo que hacemos, aunque disfrutemos de nuestra comida trampa.

El día después puedes empezar con un desayuno poco cargado de calorías, hidrátate bien durante todo el día y evita el remordimiento porque aumenta los niveles de cortisol, que es una hormona que no nos facilita nada lo de quemar grasas.

SEAMOS FLEXIBLES Y FELICES. NO DEBEMOS CASTIGARNOS CON DIETAS RADICALES.

 

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