LA BÚSQUEDA DEL ALMA AFÍN
La vida nos hace reflexionar sobre lo dura que es la soledad. Hay momentos en los que nos sentimos desanimados y necesitamos un hombro amigo donde llorar y una mano que nos sostenga cuando estamos al borde del abismo.
Ayer una persona buena, apta, inteligente y muy dulce me hizo pensar en el propósito de nuestros actos. Me dijo “¡Qué triste! toda la vida he ayudado, apoyado y animado a la gente. Lo único que quería a cambio era un abrazo.” No es triste, ES INJUSTO. Todos merecemos tener el afecto de quienes nos rodean, es nuestro derecho. Cuando la vida te niega lo que por derecho es tuyo, no debes sentirte mal por reclamarlo, por esperarlo. Debes sentirte triste porque aquellos que tendrían que estar a tu lado, porque lo mereces, no están. No son merecedores de tu cariño.
¿Quién es tan ruin que no es capaz de dar cariño a la persona que se está volcando en ayudarlo?. Odié profundamente a esas personas y odié no estar cerca para dar ese merecido abrazo a la persona que tanto lo necesitaba y estaba demasiado lejos para poder demostrarle que se lo merece una y mil veces.
La soledad es mala, por lo menos para mí. Supongo que habrá gente que no esté de acuerdo con esta afirmación, pero cuando te sientes solo, cuando no hay nadie a tu lado en los momentos de debilidad, tienes que ser muy fuerte y muy valiente para seguir luchando. Nadie te escucha, hablas para ti mismo. Eso no es bueno.
Cuando por fin encuentras esa mano amiga, te sientes culpable por ocupar su tiempo con tus problemas. ¡¡¡NO!!!. Si se ha prestado voluntario es porque siente un aprecio sincero por ti. No hay que sentir culpa, no hay que pedir perdón, porque las almas afines existen y si encuentras un amigo, debe ser capaz de estar ahí en las duras y en las maduras. Lo repito NO ES JUSTO que te sientas mal por “abusar de su confianza”. A veces llegan a tu vida personas maravillosas, cuando menos te lo esperas y es de ley estar para ellos, porque ellos estarán para ti.
No te juzgues, no te infravalores por lo que te ha dicho el mundo. Eres bueno, en el fondo lo sabes, pero el eco de las palabras de quienes te envidian y no te quieren te ha taladrado el alma, que tiene fugas de tantos huecos como le han hecho esas palabras dañinas. La verdad es otra. VALES MUCHO, TE MERECES ESE ABRAZO, EL RESPETO DE QUIENES TE RODEAN. No te dejes apocar por la mala gente.
“Ama al prójimo como a ti mismo”. Es uno de los 10 mandamientos y aunque no soy religiosa, entiendo que es un gran consejo, pero se les olvidó la coletilla “pero ármate a ti mismo, porque si no lo haces tu nadie lo hará.” Es un gran consejo, créeme. Es necesario que nos queramos, nos respetemos y sepamos cuales son nuestros derechos, porque los deberes ya nos los han dejado claro desde niños. Aprende a valorar lo que los demás no saben ver, porque están demasiado ocupados mirando su ombligo como para preocuparse por ti.
Las malas influencias, los comentarios dañinos, las personas que dicen querernos y es incierto, no deben estar en nuestra vida. Aléjate de lo que te daña. Ellos no merecen tu confianza ni tu respeto. Tú mereces mucho más que eso.
QUIÉRETE HASTA EL INFINITO, PORQUE TÚ LO VALES