Claves para la felicidad
Hoy me han preguntado cuales son las claves para la felicidad. Supongo que se debe a que suelo llevar puesta la sonrisa el 95% del tiempo de mi vida.
No creáis que no me ha hecho pensar, porque es una pregunta que nunca había meditado.
Yo he encontrado la respuesta, “mi respuesta” porque realmente este tipo de respuestas son algo personal e intransferible.
Claves para la felicidad ¿qué tiene que ver con la obesidad?
Muchos de vosotros pensaréis ¿y esta loca porque nos habla de la felicidad en una web relacionada con el peso?.
Pues porque esta loca (osea yo) piensa que en la mayoría de las ocasiones el nivel de felicidad es inversamente proporcional al sobrepeso.
No quiero decir que los obesos no seamos felices y que solo las personas delgadas lo sean. Nada más lejos de la realidad.
A lo que me refiero es a que las personas felices encaramos con mejor animo situaciones como iniciar una temporada de control alimentario (odio la palabra dieta).
La obesidad se combate más fácilmente con una actitud positiva
Mis claves para ser feliz
Yo pienso que para alcanzar la felicidad hay dos factores importantes, la actitud y la aptitud.
El primero es completamente moldeable podemos aprender y conseguir grandes logros pero el segundo es algo más puñetero.
La actitud
Vamos a empezar por el fácil. La actitud es como nos tomamos la vida y las vicisitudes que conlleva.
Os voy a contar el caso de una persona que nació entre algodones y la vida desde muy joven le enseñó que el mundo de princesas donde creció no era ni parecido a la realidad.
Sufrió rechazo social por gruesa desde niña, problemas de aprendizaje, tuvo relaciones estables con dos alcohólicos, vivió en países del tercer mundo en condiciones muy complejas.
Perdió personas superimportantes en su vida siendo muy joven, vio truncada su vocación por avatares del destino y nunca tuvo una estabilidad laboral.
Se quedó sin sus propiedades durante la crisis, se ha visto en situaciones terribles con su casa y sus hijos y ha llegado a los 50 años con lo justo para vivir y sin un futuro claro.
¡Ah! y a todo esto tiene alguna que otra enfermedad degenerativa de esas que son una cadena perpetua (no matan pero joroban).
Uno de los elementos que me hacen ser más feliz cada día es el deporte, esta imagen es a la entrada de mi “espacio feliz”
¿Puede ser feliz esa persona?
¡Sí, definitivamente! (lo se por aquello de que la persona en cuestión soy yo).
Me han preguntado muchas veces ¿cómo puedes ser feliz con lo que has vivido? pues realmente sólo decidí ser feliz.
Creo que lo decidí desde niña, siempre me he sentido feliz aunque haya pasado muy malos momentos.
He disfrutado de lo bueno de la vida y aprendido de lo malo.
Y es esa actitud positiva la que me hace más sencillo enfrentarme a los retos, porque desde mi perspectiva todo tiene solución menos la muerte.
Ríete de ti mismo es una de las primeras normas para ser feliz
La aptitud
Pero no todo es cuestión de decidirlo. En muchos casos nos viene dado de fábrica.
Yo nací sonriendo, mi naturaleza es “disfrutona” y cualquier cosita me hace sentir feliz.
El olor a madreselva, o a lluvia, golondrinas volando para llevar comida a los nidos, una flor en la orilla de la carretera.
Soy dispersa, mi mente se pierde en los detalles y los disfruto muchísimo.
Creo sinceramente que genéticamente yo estoy predispuesta a ser feliz.
Además veo todo con una perspectiva optimista, sin hacer ningún esfuerzo, simplemente siento que todo puede tener solución.
¿Y por qué hay personas que están siempre tristes, amargadas o enfadadas?
De igual manera que yo nací con “el gen de la felicidad” – esto es un invento mío, no se si eso existe – hay personas pesimistas por naturaleza.
Muchas veces carecen de la locura maravillosa que nos permite ser felices y ven la vida en gris (ni siquiera en blanco y negro).
Esas personas no disfrutan con la misma intensidad que quienes nos dejamos llevar por las circunstancias.
Y yo creo que uno nace optimista o pesimista y cuanto más optimista eres más sencillo es ser feliz.
La gordita feliz
Así me definió un endocrino y que conste que lo dijo con tanta ternura que no me molestó.
Yo era feliz cuando estaba obesa, NO ERA FELIZ POR ESTAR OBESA que es algo diferente.
Disfrutaba de la vida tanto como con 90 kg menos y me reía con todas las ganas, saboreaba cada instante de la vida, porque mi obesidad no condicionó jamás mi felicidad.
Nunca me he sentido bien siendo obesa, no aceptaba mi cuerpo y en mi mente yo era delgada, pero no estaba amargada por el sobrepeso.
Cuando me sometí a la operación jamás pensé en la posibilidad del fracaso y me sentí más feliz si cabe, porque iba hacia mi nueva vida.
Es importante sentirse bien para encarar una perdida de peso importante, porque es más fácil cuando eres optimista con respecto al resultado.
La obesidad no nos impide ser felices
¿Cómo resolvemos el problema de aptitud?
A ser feliz también se aprende.
Rechazando los pensamientos negativos de manera consciente, parándonos a disfrutar de los pequeños momentos felices que nos da la vida.
Es un trabajo considerable cuando tu predisposición genéticas es a estar agobiado o triste o enfadado.
Pero yo prefiero las arrugas en la cara por sonreír a las que salen en el entrecejo por estar enfadada.
Disfrutar de la belleza de cualquier cosa que nos rodea también aumenta nuestros niveles de felicidad en el día
Para aquellos que disfrutan menos la tarea a realizar es pararse a mirar las cosas hermosas que nos rodean y disfrutarlas.
observar los momentos con nuestros seres queridos y darnos cuenta de lo bien que nos hacen sentir.
No dejar que la negatividad nos gane, que tiene que ser superaburrido pensar siempre que todo va a salir mal.
Creo que hacer es esfuerzo consciente de ser feliz os va a beneficiar, no os cortéis e intentadlo cada día.
ES QUE SER FELIZ MOLA MAZO
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