EL TIEMPO QUE NOS DEBE LA VIDA
Las personas con problemas relacionados con el peso, ya seamos obesos o tengamos problemas con la alimentación de cualquier tipo, tenemos un defecto de fábrica. Tenemos insertado en nuestro ADN un reloj que nos dice que debemos lograr todo para ayer. Todo debe ser rápido, porque hemos perdido mucho tiempo sin disfrutar a causa de nuestro peso. La vida nos lo debe ¿o no?…
Pensad cuántas veces hemos empezado un tratamiento o una dieta y esperábamos tener resultados inmediatos. Yo al menos lo he hecho toda la vida. Y cuando no funciona tan rápido como nos hemos planteado, la frustración nos hace dejar de esforzarnos. (Miles de dietas abandonadas en una vida).
¿Por qué nos pasa?…. porque no nos ponemos objetivos alcanzables y porque queremos resultados con el menor esfuerzo posible. Pues bien, ¡ESO EN LA VIDA NO OCURRE! Todo lo conseguimos a base de un gran esfuerzo.
Podemos alcanzar un resultado adecuado, si no pedimos milagros y si entendemos que, muy a nuestro pesar, para las personas con sobrepeso, la dieta es para toda la vida. Podemos tirar la toalla (como yo he hecho mil veces) o aprender a vivir de manera saludable. Necesitamos reeducarnos para comer “como es debido”. La comida, epicentro de nuestra vida, se tiene que convertir en un instrumento para mantenernos vivos. Debemos COMER PARA VIVIR, NO VIVIR PARA COMER.
Sé que todos nos sabemos la teoría, pero es difícil ponerla en práctica. Lo tengo claro y me ha costado muchos fracasos a la hora de controlar mi peso, a lo largo de mi vida.
Ahora sé que yo sola no puedo, necesito compartir con otras personas que han pasado por lo mismo que yo todas mis dudas e inseguridades. Ése es el motor de mi Método Así Sí. Compartir mis experiencias y aprender de otros que viven situaciones similares a la mía. Soy obesa y lo seré con 70 y con 200 kg. Solo personas con desórdenes alimenticios, que viven mis mismas situaciones que yo, pueden escucharme sin hacer juicios.
Descubrí que ayudando y siendo ayudada, me controlaba con más facilidad. Compartiendo lo que como – cuando lo hago bien y cuando lo hago mal – me limito en el número de veces que fallo. Es un pacto de honestidad. No miento para poder evolucionar.
Me miro en el espejo y hoy que soy como quiero ser, pero sigo con miedo a no poder mantenerme. Lo que me hace seguir luchando es la red de colaboración que se ha tejido en torno a mí. Saber que hay mas personas como yo que me apoyan incondicionalmente. No les voy a fallar. No se lo merecen. Estaré ahí como ejemplo y como pilar para sostener a quien tropiece. ESA ES MI FUERZA Y ESPERO QUE LA VUESTRA.