EL DEPORTE ELIMINA LA ANSIEDAD POR LOS DULCES
Este post aparece como respuesta a la curiosidad que me ha suscitado algo que me está ocurriendo. Durante el último año y medio he estado controlando mucho mi alimentación y he hecho cantidades ingentes de ejercicio cada día de la semana. Puede que en el año pasado haya faltado como mucho 15 días al gimnasio.
Con este ritmo de vida, no he tenido necesidad, ni tiempo de recordar que el azúcar era una adicción que me ha acompañado desde mi infancia. Sin saber como, la necesidad de azúcares se había disipado entre dieta y deporte. La salud mejoraba y el ánimo al salir del gimnasio podía compararse con el que uno tiene mientras se está comiendo un helado de tres bolas, de los sabores más deliciosos. Salía eufórica y eso me hacía sentir increíblemente bien.
Hace poco menos de un mes, tuve una lesión. De pronto este ritmo frenético de vida se paralizó. Me vi obligada a estar en reposo y de nuevo apareció el “fantasma de las navidades pasadas”. Todos los síntomas de la adicción regresaron con la misma fuerza que si nunca se hubieran ido. Pasé de no recordar mas que puntualmente el azúcar a necesitarlo con verdadera fruición.
Tras iniciar la recuperación, la renovada apetencia por el azúcar se fue minimizando. Ese cambio me hizo pensar ¿porque se produce esa alteración del comportamiento? y descubrir que, según los estudios médicos, la cantidad de endorfinas que segrega el organismo durante el deporte es tan similar a las generadas por los dulces, que el cerebro no necesita del azúcar porque ya tiene un nuevo método de segregar las drogas naturales que nos hacen adictos a los dulces.
Descubrí que cuando estamos comiendo segregamos endorfinas, la dopamina que es la hormona el placer, nos hace sentir genial y si hablamos del dulce, los niveles de dopamina segregados son altos. Lo mismo nos ocurre con el deporte. La sensación de placer que tenemos mientras hacemos ejercicio es idéntica a la que nos produce comer azúcar.
Era algo que ya sospechaba, pero lo mejor en caso de duda es buscar la información de los profesionales que no dan opiniones, sino datos contrastados. Así que una vez leídos unos cuantos artículos científicos descubrí que el cerebro es un adicto a la dopamina y si no se la damos, busca como convencernos de que se la consigamos.
Las hormonas que genera el cuerpo nos hacen sentir bien y el cerebro, repleto de endorfinas no nos exige comer dulces para generar dopamina. Y he aquí la explicación. Básicamente es cambiar una fuente de hormonas del placer por otra, pero el deporte es más sano y no engorda. Por tanto acepto el cambio.
Supongo que es difícil de entender cuando no haces deporte, pero cuando el cuerpo se adapta al ejercicio físico, le cuesta trabajo pasar sin él. No es una percepción personal, sino un hecho demostrado.
Y TÚ ¿ESTÁS DISPUESTO A CAMBIAR DE ADICCIÓN?