¿ES BUENO GUIARSE POR EL IMC?

Lo primero es lo primero. Definamos IMC, un término que usan mucho los médicos y no entendemos muy bien su significado. Son las iniciales de Índice de Masa Corporal y nos da una idea de la relación entre nuestro peso y nuestra altura. Después imponen unos parámetros (rangos de peso) entre los que se nos cataloga según tengamos bajo peso, normopeso, sobrepeso u obesidad.

Para medir el peso que debemos tener, en la actualidad se han dejado de lado ideas limitantes como el peso ideal y se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC) para conocer nuestro Peso Saludable.

Calculamos el IMC, dividiendo nuestro peso entre nuestra altura (en metros) elevada al cuadrado. Si te sale entre 18’5 y 24’9 estás en tu normopeso, lo que quiere decir que estas en un peso normal. Esto puesto en kg puede ser una variación muy grande de peso. Por ejemplo, alguien de 1’75 puede pesar, según el IMC, desde 55 hasta 76 kg y estar en su peso. Obviamente es poco concreto en cuanto al peso real que debemos tener. Hombre de complexión grande pesará 76 kg y tendrá un peso de lo mas normal. Si ese peso se lo pones a una mujer de complexión muy pequeñita, lo mas probable es que se le note claramente que tiene sobrepeso. No es bueno generalizar tanto, del mismo modo que no era bueno usar el peso ideal (demasiado restrictivo).

Otra restricción de este método de medida del sobrepeso está en que solo vale para personas de entre 20 y 65 años, que no sean muy deportistas. Tampoco vale para embarazadas y madres lactantes. Este método no es bueno para hacer un estudio individualizado del peso de una persona.

La nueva medición de moda para saber cuanta grasa acumulamos en el cuerpo es la medición del perímetro abdominal (a la altura del ombligo) esta no ha de rebasar los 88cm en mujeres y los 102 en hombres. Es una medida que nos informa del posible riesgo de enfermedades coronarias (del corazón), ya que cuanta más cantidad de grasa acumulamos en el abdomen, mayor es el riesgo de sufrir este tipo de dolencias.