Primeros pasos después de la recaída
Hoy hablamos de los primeros casos después de la recaída, cuando todo ha dejado de tener lógica y hemos dejado nuestro
Tengo muy claro que todos tenemos pequeñas recaídas, pero lo mío suele superar lo de “pequeñas” para convertirse en el mayor de los caos.
Porque cuando yo me caigo el resultado pueden ser 20 kg de más en 8 meses. Y así andamos actualmente.
Una luz en la oscuridad es lo que me hace iniciar la senda que asciende a la cima
Primeros pasos después de la recaída
Cuando las cosas parecen no orientarse para llegar a la solución, hay que darle un empujón al destino.
Yo llevo unos meses de mal en peor, haciendo de mi vida caótica un mar de autodestrucción y permitiéndomelo, que es lo mejor de todo.
Y ¿Cómo voy a enfrentarme a esta cruda realidad? Pues con mucha moral, porque ganas no tengo ninguna.
El primer paso lo acabo de dar, ya que no me veo capaz de controlar lo que como, me he dado licencia para ser feliz, regresando al gimnasio.
El ejercicio es el origen de la luz que me guía en mi nuevo camino
Regreso al edén
De todas las cosas que me generan placer en el mundo, una de las mejores es el gimnasio.
No sé porque, pero entrar en la sala, (aunque no pueda hacer deportes de alta intensidad, como hacía antes de mi lesión de pierna), me genera un subidón de adrenalina.
Es una sensación increíble de poder, que me hace sentir capaz de controlar todo lo que me rodea.
Y a partir de hoy esa sensación va a ser el motor para empezar a medir lo que como.
No es fácil odiarse a uno mismo y dañarse de manera recurrente y eso es lo que yo hago cuando dejo el deporte.
Para retornar al edén hay que empezar por dar un paso y ese es el que me hace coger inercia
Cambio de adicción
Me reconozco adicta, a los dulces, a las bolsas de snaks y hasta a las aceitunas negras.
Es verdad que la comida me genera adicción y solo he podido controlarla por medio de una operación que ayuda pero no cura.
Ahora hay otro método, el deporte. Es una adicción tan grande o mayor que la comida.
Me produce más placer hacer deporte que comer chocolate ( y eso ya es decir) y este cambio de adicción consiguió hace 4 años que perdiera 34 kg.
Hoy empieza la nueva batalla, o la misma recrudecida, pero comienza la lucha.
Los adictos no dejamos de serlo, solo cambiamos de adicción
El ascenso a la cima
No recuerdo cuantas veces he subido esta montaña y tengo claro que la subiré para caer rodando otras mil veces más.
Pero eso no quita para que siga luchando por llegar a la cima, aunque sepa que mi naturaleza me hará caer y recaer una y otra vez.
Y habrá quien piense que no merece la pena hacer tanto esfuerzo para volver a caer.
Pero lo merece, porque en mis horas bajas, cuando me odio, no quiero seguir viviendo pero cuando agarro las riendas de mi destino soy la más poderosa.
Merece la pena solo por llegar a sentirme grande y fuerte, y por recordar que merezco la pena y que tengo que quererme.
Y desde la cima seré enorme, fuerte y eterna, cuando estoy en la base de la montaña me veo ínfima
La guerra abierta
Estar en guerra significa para mí, luchar por conseguir volver a entrar en los mismos pantalones, sentirme liviana y hermosa.
Es poco profundo ¿verdad?, pues en mi opinión el físico está íntimamente relacionado con mi autoestima.
Ya se que no debería ser así, que lo importante es la personalidad, que yo no soy solo físico y mil cosas más.
Pero ¿sabéis qué?, que para mí es super importante verme bien, que llevo siendo obesa desde niña y odio mi obesidad.
Quiero ser el vórtice del huracán que arrastre este desastre
Primeros pasos después de la recaída: Futilidades
Lo siento pero es lo que siento, no odio a las personas obesas, odio a Begoña obesa. Me odio y no quiero ser esa persona.
Soy poco profunda, frugal e insegura ¿y qué? Si lo soy es mi problema y me parece super importante ver en el espejo la persona que veo en mi mente.
Y quien no lo entienda que se aguante, porque como este es mi cuerpo hago lo que me parece.
Y esto os lo cuento porque básicamente estamos toda la vida siendo como quieren que seamos, haciéndonos pasar por quienes no somos y yo estoy hasta el moño.
No soy buda ( aunque las lorzas hagan parecer lo contrario) ni un pensador griego, soy una mujer harta de su físico, que quiere verse guapa.
Y seré luz y alcanzaré lo que los demás llaman futilidades y seré el dueño de mi destino aunque sea por un minuto
¡Culpable!
Es que tengo la sensación de que somos culpables de vanidad, cuando lo que nos pasa es que nos ha podido más la gula que el amor propio.
Soy culpable de mi descuido, de engordar después de haber trabajado tanto por adelgazar, de intentar de manera consciente autodestruirme con la comida.
Y soy culpable de todo esto sin necesidad de que nadie me lo recuerde.
¡Estoy hasta las narices de que me digan si he engordado o adelgazado! que sepa todo el mundo que en mi casa hay espejos.
Bailaré al son de mi destino y desoiré palabras necias que vienen a ensuciar la paz de mi alma
Metiches
Quizá necesitemos poner las pilas a los que nos retransmiten en directo los devenires de nuestras vidas.
Yo mantengo mi lucha, cada uno tiene la suya y si no pedimos opinión, mejor que se la guarden.
Realmente es muy fatigante verse sometido a escrutinio popular; ya es hora de parar los pies a quienes se meten en nuestras vidas.
Y luchamos porque nosotros queremos y lo hacemos cuando nos sale del … no por consejo del “excelso e ilustrísimo vecino del 4º”.
Y seré alfa y omega, principio y fin y sellaré el circulo infinito de mi destino
Conclusiones varias
La conclusión es que cuando toca ponerse las pilas o nos subimos al tren en marcha o nos creamos un tren en marcha para subirnos.
Que no siempre nos llega la inspiración divina y nos ponemos a dieta porque el alma nos lo pide, así que hay que buscar otras motivaciones y rezar porque funcionen.
Y que, en lo tocante a mi persona, estoy hasta el moño de dietas, pero estoy hasta más arriba del moño de no caber en mis pantalones chulis, así que toca mover el cucu…
Y como conclusión final, que sepáis que he puesto imágenes geniales pq me apetece y he pasado de buscar imágenes evocadoras del texto.
Ser yo mismo en esencia y no dejar que nada ni nadie altere mi verdad, porque nadie merece ese privilegio.
Fuente imágenes: fantásticas fotografías de light painting
Imagen portada:
elementos crear ambientaciones