LA PRIMERA COMPRA
El sobrepeso limita en gran medida el tipo de ropa que utilizamos, así como los lugares donde podemos comprar ropa.
Entras en establecimientos donde te miran, preguntándose que haces tú allí. a veces me han llegado a recordar , muy amablemente, según entraba que ahí no tenían tallas para mí. ¡¡¡Como si no pudiera ir a comprar ropa para otra persona!!!.
Cuando rebasas los estándares de lo que la sociedad acepta como normal, nos resulta complicado vestirnos. Estamos estigmatizados. De oscuro, grande, nada ajustado… Gracias a los hados del destino, algunas tiendas han empezado a hacer ropa de colores y cortes actuales, desde hace unos años. Es de agradecer, porque nunca he entendido porque tenía que vestir a juego con mi abuela por el simple hecho de tener sobrepeso.
Luego te pones a dieta y un dia, cuando ves que ya ni con cinturón aguantas los pantalones sobre tus caderas, decides hacer algo que no te hace ni pizca de gracia. Toca ir a comprar ropa. Entras en la tienda, directamente a las tallas grandes. Cojes la que crees que te irá bien y entras en probadores. ¡EL MEJOR MOMENTO DEL MUNDO MUNDIAL! tienes 3 tallas menos de la que tú esperabas tener.
Esos momentos son increíbles. Si a eso le añades que ya no necesites ir a la zona XL, roza el placer divino. Nada mejor que ponerte ropa “normal” después de años de usar tallas grandes.
Uno tarda un tiempo en adaptarse a su nueva “normalidad” porque has pasado mucho tiempo con obesidad y de pronto TODO ES COMO DEBERÍA SER . Tu cerebro empieza a aceptar poco a poco que no tienes sobrepeso y entonces la vida es bella.